La expresión Descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, partieron desde el Puerto de Palos de la Frontera, comandados por Cristóbal Colón, y llegaron el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani en lo que hoy es las Bahamas. Los viajes de los portugueses a India siguiendo la costa Africana significaron un estímulo para quienes creían en la ruta hacia el oeste como el camino más corto para llegar hasta las regiones del Asia oriental partiendo desde Europa. Cristóbal Colón fue partidario de esta hipótesis. Apoyado por la monarquía española, organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana en 1492. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. En este artículo se adopta como significado del término, todos los viajes realizados por Colón a América, el encuentro de los españoles con las distintas culturas americanas que habitaban esas tierras, así como las relaciones y conflictos inmediatos entre indígenas y españoles que ese encuentro produjo.
Se trata de uno de los momentos cumbres de la historia universal porque significó el encuentro de dos mundos humanos que se habían desarrollado independientemente, sin que ninguno conociera la existencia del otro.[1]
En el artículo se distingue claramente el acto mismo del descubrimiento, entendido como una serie de viajes que hicieron los primeros españoles que llegaron a América y su dimensión de encuentro entre culturas, del posterior proceso histórico conocido como conquista de América que los europeos realizaron a continuación. Las consecuencias de este encuentro entre dos mundos fueron dramáticas para los nativos americanos, llegando producirse la muerte de millones de personas (guerras, esclavitud y, sobre todo, enfermedades) y la desaparición de culturas.
lunes, 11 de mayo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
Pagina de mi árbol genealógico
Este enlace lleva a una página donde sale mi árbol genealógico:
http://http//www.miparentela.com/inaki__242641975#
http://http//www.miparentela.com/inaki__242641975#
lunes, 2 de marzo de 2009
Partes de un castillo y demás:
Estas son unas de las partes de las que consta un castillo:
Barbacana: Es una obra de fortificación situada frente a las murallas y protegiendo una puerta de acceso.
Torre del homenaje: Es la torre principal del castillo, más alta y fuerte, y estaba situada en el lugar de más fácil defensa. Era el lugar más protegido y en caso necesario podía conventirse en el último núcleo de resistencia.
Foso: trinchera excavada frente a los muros de una fortificación.
El rastrillo: suele ser una pesada reja, rematada abajo en puntas que formaba parte de las fortificaciones de la puerta, junto al puente levadizo y la barbacana.
Almenas: tenían como función proteger a los defensores
Adarve o camino de ronda: donde se parapetaban los defensores.
Liza: El espacio que uno encuentra nada más atravesar el puente levadizo entre la muralla que rodea el castillo y el edificio. Está a ras del suelo.
Barbacana: Es una obra de fortificación situada frente a las murallas y protegiendo una puerta de acceso.
Torre del homenaje: Es la torre principal del castillo, más alta y fuerte, y estaba situada en el lugar de más fácil defensa. Era el lugar más protegido y en caso necesario podía conventirse en el último núcleo de resistencia.
Foso: trinchera excavada frente a los muros de una fortificación.
El rastrillo: suele ser una pesada reja, rematada abajo en puntas que formaba parte de las fortificaciones de la puerta, junto al puente levadizo y la barbacana.
Almenas: tenían como función proteger a los defensores
Adarve o camino de ronda: donde se parapetaban los defensores.
Liza: El espacio que uno encuentra nada más atravesar el puente levadizo entre la muralla que rodea el castillo y el edificio. Está a ras del suelo.
Las Justas:
Las justas tuvieron lugar desde el 10 de julio hasta el 9 de agosto, interrumpidas únicamente en la festividad de Santiago. Don Suero llevaba colgada al cuello cada jueves una argolla metálica, como prueba de amor hacia su dama. El motivo para proponer las justas del puente era poderse librar de la argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a todos los caballeros que se presentasen en este puente y tras haber roto 300 lanzas.
El rey le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitó a los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo hasta que Quiñones pudiera cumplir la prueba.
Don Suero ,herido, se marchó en peregrinación a Compostela. Allí, depositado en la capilla de las reliquias catedralicias, se conserva la cinta azul propiedad de su señora que el caballero portara en prenda,alrededor de su brazo, mientras duró la gesta.
El rey le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitó a los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo hasta que Quiñones pudiera cumplir la prueba.
Don Suero ,herido, se marchó en peregrinación a Compostela. Allí, depositado en la capilla de las reliquias catedralicias, se conserva la cinta azul propiedad de su señora que el caballero portara en prenda,alrededor de su brazo, mientras duró la gesta.
El puente del Hospital de Órbigo:
Cuenta la tradición que en Hospital de Órbigo, en el año 1434, el señor Don Suero de Quiñones y nueve de sus caballeros le pidieron al rey Juan II de Castilla que hicieran un tratado en el cual cualquier caballero que pasara por el puente del Hospital de Órbigo tendría que participar a la fuerza a un torneo especial. . Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
El puente esta situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago..
El puente esta situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago..
lunes, 23 de febrero de 2009
Reyes católicos
El Papa Alejandro VI concedió a Fernando II de Aragón el título de Rey Católico, en 1496, como compensación porque antes había otorgado el título de Rey Cristianísimo al rey de Francia, reino que por aquél entonces se disputaba con Aragón el dominio de Italia, llegando a amenazar los propios Estados Pontificios; posteriormente, la historia y la costumbre han popularizado como Reyes Católicos conjuntamente a Fernando y a su mujer, Isabel I de Castilla.
La pareja se casó en el Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469, ella con 18 años y él con algo más de 17, pasando su luna de miel en el Castillo de Fuensaldaña (Fuensaldaña, Valladolid).
El reinado de los Reyes Católicos significó el tránsito del mundo medieval al mundo moderno en España. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los Trastámara, de las Coronas de Castilla y de Aragón.
Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de Granada, Navarra, Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal — de los territorios que hoy conforman España.
Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de Fernando el Católico, que supondría la hegemonía hispánica en Europa durante los siglos XVI y XVII. El descubrimiento de América en 1492 supuso un hito en la historia mundial.
Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que continuaría en los siguientes siglos.
La pareja se casó en el Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469, ella con 18 años y él con algo más de 17, pasando su luna de miel en el Castillo de Fuensaldaña (Fuensaldaña, Valladolid).
El reinado de los Reyes Católicos significó el tránsito del mundo medieval al mundo moderno en España. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los Trastámara, de las Coronas de Castilla y de Aragón.
Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de Granada, Navarra, Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal — de los territorios que hoy conforman España.
Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de Fernando el Católico, que supondría la hegemonía hispánica en Europa durante los siglos XVI y XVII. El descubrimiento de América en 1492 supuso un hito en la historia mundial.
Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que continuaría en los siguientes siglos.
El compromiso de Caspe
El compromiso de Caspe fue un pacto establecido por representantes de los reinos de Aragón en el año 1412 por los condados catalanes para elegir un nuevo rey ante la muerte en 1410 de Martín I de Aragón sin descendencia y sin nombrar sucesor. Supuso la entronización de Fernando de Trástamara y con él de la dinastía Trastámara en la Corona de Aragón.
domingo, 22 de febrero de 2009
Jaume I
Nació en Montpellier, actual Francia en 1208 - Valencia, 1276) Rey de Aragón, conde de Barcelona y señor de Montpellier (1213-1276) y rey de Mallorca (1229-1276) y de Valencia (1239-1276).
Hijo del rey Pedro II el Católico y de María de Montpellier, Jaime I el Conquistador se convirtió en soberano de la Corona de Aragón con tan sólo cinco años, al morir su padre en la batalla de Muret, frente a los cruzados de Simón de Montfort en defensa de sus vasallos languedocianos (1213).
Tras una larga y turbulenta minoría de edad, en que los regentes del joven monarca, sus tíos el conde Sancho I de Rosellón y el infante Fernando de Aragón, sucesivamente, tuvieron que sofocar las continuas rebeliones de la nobleza aragonesa, Jaime I asumió la dirección de sus Estados en 1225 e intentó sin éxito conquistar Peñíscola.
Dos años después, la paz de Alcalá rubricó el definitivo triunfo de la monarquía sobre los nobles de Aragón y proporcionó al rey la estabilidad necesaria para permitirle iniciar sus campañas militares dirigidas contra los musulmanes del levante peninsular. Ante el perjuicio que la competencia comercial y la piratería de los sarracenos de las Baleares ocasionaban a los mercaderes catalanes, Jaime I emprendió en 1229 la conquista de Mallorca con la victoriosa batalla de Portopí. Tras la toma de Ciudad de Mallorca (diciembre de 1229), se apoderó de la isla en pocos meses, salvo un pequeño núcleo de resistencia musulmana, que logró mantenerse en la sierra de Tramontana hasta 1232.
Entretanto, el monarca estableció un protectorado sobre Menorca, rubricado por el tratado de Capdepera, por el cual los sarracenos menorquines aceptaron su soberanía (1231). Por último, cedió la sumisión de Ibiza a la alta aristocracia catalana, que la hizo efectiva en 1235.
Dominadas las Baleares, Jaime I asumió en 1232 la dirección de la conquista de Valencia. Tanto en Mallorca como en Valencia, Jaime I decidió crear reinos autónomos, pero integrados en la Corona de Aragón. Los últimos años de vida de Jaime I fueron amargos, ya que, por una parte, asistió al fracaso de sus dos tentativas de realizar una cruzada en Tierra Santa (1269 y 1274) y, por otra, tuvo que hacer frente a la rebelión de su primogénito, el infante Pedro, y a los desórdenes feudales acaudillados por su hijo bastardo Fernando Sanchís de Castro.
Hombre culto e inteligente, Jaime I impulsó la expansión comercial catalana por el Mediterráneo, protegió a los judíos, organizó el Consell de Cent o gobierno municipal de Barcelona, promovió la redacción del Libro del Consulado de Mar, una compilación de derecho marítimo, y él mismo escribió o dictó una autobiografía conocida como Llibre dels feyts. A su muerte, acaecida en Valencia el 27 de julio de 1276, dividió sus reinos entre sus hijos Pedro, al que correspondieron Aragón, Cataluña y Valencia, y Jaime, quien recibió las Baleares, el Rosellón y Montpellier.
Hijo del rey Pedro II el Católico y de María de Montpellier, Jaime I el Conquistador se convirtió en soberano de la Corona de Aragón con tan sólo cinco años, al morir su padre en la batalla de Muret, frente a los cruzados de Simón de Montfort en defensa de sus vasallos languedocianos (1213).
Tras una larga y turbulenta minoría de edad, en que los regentes del joven monarca, sus tíos el conde Sancho I de Rosellón y el infante Fernando de Aragón, sucesivamente, tuvieron que sofocar las continuas rebeliones de la nobleza aragonesa, Jaime I asumió la dirección de sus Estados en 1225 e intentó sin éxito conquistar Peñíscola.
Dos años después, la paz de Alcalá rubricó el definitivo triunfo de la monarquía sobre los nobles de Aragón y proporcionó al rey la estabilidad necesaria para permitirle iniciar sus campañas militares dirigidas contra los musulmanes del levante peninsular. Ante el perjuicio que la competencia comercial y la piratería de los sarracenos de las Baleares ocasionaban a los mercaderes catalanes, Jaime I emprendió en 1229 la conquista de Mallorca con la victoriosa batalla de Portopí. Tras la toma de Ciudad de Mallorca (diciembre de 1229), se apoderó de la isla en pocos meses, salvo un pequeño núcleo de resistencia musulmana, que logró mantenerse en la sierra de Tramontana hasta 1232.
Entretanto, el monarca estableció un protectorado sobre Menorca, rubricado por el tratado de Capdepera, por el cual los sarracenos menorquines aceptaron su soberanía (1231). Por último, cedió la sumisión de Ibiza a la alta aristocracia catalana, que la hizo efectiva en 1235.
Dominadas las Baleares, Jaime I asumió en 1232 la dirección de la conquista de Valencia. Tanto en Mallorca como en Valencia, Jaime I decidió crear reinos autónomos, pero integrados en la Corona de Aragón. Los últimos años de vida de Jaime I fueron amargos, ya que, por una parte, asistió al fracaso de sus dos tentativas de realizar una cruzada en Tierra Santa (1269 y 1274) y, por otra, tuvo que hacer frente a la rebelión de su primogénito, el infante Pedro, y a los desórdenes feudales acaudillados por su hijo bastardo Fernando Sanchís de Castro.
Hombre culto e inteligente, Jaime I impulsó la expansión comercial catalana por el Mediterráneo, protegió a los judíos, organizó el Consell de Cent o gobierno municipal de Barcelona, promovió la redacción del Libro del Consulado de Mar, una compilación de derecho marítimo, y él mismo escribió o dictó una autobiografía conocida como Llibre dels feyts. A su muerte, acaecida en Valencia el 27 de julio de 1276, dividió sus reinos entre sus hijos Pedro, al que correspondieron Aragón, Cataluña y Valencia, y Jaime, quien recibió las Baleares, el Rosellón y Montpellier.
Alfonso X
Alfonso X de Castilla y León, llamado el Sabio nació en Toledo el 23 de noviembre de 1221 y murió en Sevilla el 4 de abril de 1284.Fue rey de Castilla y de León .Cuando murió su padre Fernando III El Santo, reanudó la ofensiva contra los musulmanes, ocupando Jerez en 1253 y Cádiz en el 1262. En 1264 tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y el valle del Guadalquivir. Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su reinado sin obtener ningun éxito.Los últimos años de su reinado fueron especialmente sombríos, debido al conflicto sucesorio con la nobleza acaudillada por su hijo Sancho, provocado por la muerte prematura de Fernando de la Cerda y la minoridad de sus hijos. Murió abandonado por casi todos sus súbditos, aislado en Sevilla, y desheredó a Sancho.
Llevó a cabo una activa y beneficiosa política económica, reformando la moneda y la hacienda, concediendo numerosas ferias y reconociendo al Honrado Consejo de la Mesta.
También es reconocido por su inmensa obra literaria y su patrocinio artístico y cultural.
Llevó a cabo una activa y beneficiosa política económica, reformando la moneda y la hacienda, concediendo numerosas ferias y reconociendo al Honrado Consejo de la Mesta.
También es reconocido por su inmensa obra literaria y su patrocinio artístico y cultural.
lunes, 16 de febrero de 2009
Heráldica Rodríguez
ORIGEN:
Apellido patronímico derivado del nombre propio Rodrigo. No todos los linajes de este apellido tienen un único origen común, aparecen casas de Rodríguez en casi todas las regiones españolas.
Reiteradamente caballeros de familias Rodríguez probaron su nobleza ante las Reales Chancillerías, Reales Audiencias, en la Real compañía de Guardias Marinas y en las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, Carlos III y San Juan de Jerusalén.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO DE ARMAS:
Como corresponde a linajes diferentes se conocen blasones muy diversos, se recogen aquí solo algunos de ellos.
En campo de gules un aspa de oro acompañada en cada hueco de una flor de lis de plata.
En campo de plata tres bandas de gules. Bordura de sinople con nueve piñas de oro.
En campo de plata cuatro fajas de sable.
En campo de oro cuatro bastones de gules. Bordura de azur con ocho cruces de Jerusalén de plata.
En campo de azur una torre de plata. Bordura de sinople con ocho piñas de oro.
Apellido patronímico derivado del nombre propio Rodrigo. No todos los linajes de este apellido tienen un único origen común, aparecen casas de Rodríguez en casi todas las regiones españolas.
Reiteradamente caballeros de familias Rodríguez probaron su nobleza ante las Reales Chancillerías, Reales Audiencias, en la Real compañía de Guardias Marinas y en las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, Carlos III y San Juan de Jerusalén.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO DE ARMAS:
Como corresponde a linajes diferentes se conocen blasones muy diversos, se recogen aquí solo algunos de ellos.
En campo de gules un aspa de oro acompañada en cada hueco de una flor de lis de plata.
En campo de plata tres bandas de gules. Bordura de sinople con nueve piñas de oro.
En campo de plata cuatro fajas de sable.
En campo de oro cuatro bastones de gules. Bordura de azur con ocho cruces de Jerusalén de plata.
En campo de azur una torre de plata. Bordura de sinople con ocho piñas de oro.
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